«Hace 50 años se perpetró el golpe de estado en Chile arrebatándole la vida al presidente Salvador Allende. Conmemoramos el legado de Allende el cual dejó un mensaje claro en nuestros corazones: La historia es nuestra y la hacen los pueblos», manifestó la fuerza política de izquierda.
El 11 de septiembre de 1973, las Fuerzas Armadas de Chile, conformadas por la Armada, la Fuerza Aérea, Cuerpo de Carabineros y el Ejército, asestaron un golpe de Estado contra Allende y el gobierno de la Unidad Popular.
Tropas del ejército y aviones de la Fuerza Aérea atacaron el Palacio de La Moneda, la sede de Gobierno, condenable hecho planificado por la CIA que condujo a la dictadura militar de Augusto Pinochet.
Se estima en más de 40 mil las víctimas de ese régimen, entre asesinados, detenidos desparecidos y torturados, sin contar los más de 200 mil exiliados.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, declaró hoy que no se puede separar al golpe de Estado de 1973 de lo que vino después, porque desde el primer momento se violaron los derechos humanos.
Boric encabezó este lunes, en el Palacio de La Moneda, el acto por la democracia en ocasión de los 50 años del quebrantamiento del orden institucional, que dio paso a 17 años de una las más sangrientas dictaduras del continente.
En su discurso, el mandatario agradeció la solidaridad internacional con los chilenos desde los primeros días del golpe contra el gobierno de la Unidad Popular del presidente Salvador Allende.
En la ceremonia participaron agrupaciones de derechos humanos y los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; de Colombia, Gustavo Petro; de Bolivia, Luis Arce; y de Uruguay, Luis Lacalle Pou.
También asistieron el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, y el presidente del Consejo Federal de Alemania, Peter Tschentscher; así como varios exmandatarios de Chile y otros países.
Boric valoró profundamente a los presidentes y personalidades que junto a Chile firmaron el manifiesto por la democracia, el cual plantea respetar la Constitución, las leyes y el Estado de Derecho, condenar la violencia y fomentar el diálogo y la solución pacífica de diferencias.
«Las amenazas a la democracia no se limitan a las fronteras nacionales», advirtió el dignatario chileno.
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