Esta postura del jefe de la diplomacia fue expresada durante una conversación telefónica con su homólogo libanés Abdullah Bou Habib, en la que ambos trataron detalles y asepectos relativos a esta cuestión.
El Canciller Al-Mekdad denunció que lo que obstaculiza el regreso de desplazados son los efectos resultantes de la ocupación turca y estadounidense del noroeste y noreste del páis y el saqueo de las riquezas de los sirios.
El impacto desastroso de las ilegales medidas coercitivas económicas ilegales aplicadas por los países occidentales hostiles contra el Líbano y Siria también obstruyen el retorno de los refugiados a su país de origen, detalló el Titular.
Por otro lado, consideró que las relaciones entre Siria y Líbano son fraternales e históricas, y el daño que aflige uno afecta al otro, dijo el Canciller sirio.
Por su parte, el Ministro libanés manifestó el deseo de encabezar una delegación oficial libanesa a Siria para analizar la cuestión de los refugiados sirios, y expresó el interés del gobierno de su país por coordinar y cooperar con Siria en este contexto.
Las autoridades de Damasco no ofrecen cifra exacta del número de sus ciudadanos que retornaron del Líbano, pero el Departamento de Seguridad General de ese país vecino estima que son más de 500 mil, mientras un millón y medio siguen en esa vecina nación.
El ministro de Administración Municipal de Siria, Hussein Makhlouf, dio a conocer que más de cinco millones de desplazados internos y refugiados en el exterior volvieron a sus hogares, la mitad de ellos después de 2018.
El titular añadió que un arduo trabajo se realiza para alentar a los desplazados a regresar, a pesar de la escalada de Occidente mediante las medidas coercitivas unilaterales contra Siria, que fueron ampliadas para abarcar el sector de los hidrocarburos.
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