En medio de la tensión entre los dos países por la reanudación de la construcción de un canal en suelo haitiano que se alimentará del río Masacre, Joseph, quien también fungió como ex primer ministro interino, compartió en sus redes sociales una declaración conjunta en la cual ambas naciones reconocen que las obras no desviarán el cauce del torrente.
En la declaración que puede encontrarse en la página web de la cancillería dominicana también se admite el derecho de las dos naciones de utilizar las aguas de los ríos que se encuentran en la zona fronteriza de manera justa y equitativa.
“Al tratar de hacer creer lo contrario a la opinión pública dominicana, el presidente Luis Abinader explota políticamente el asunto para ganar y consolidar los votos de los racistas y ultranacionalistas de su país”, afirmó Joseph en la red social X (antes Twitter).
También sugirió que el país vecino viola el tratado de paz de 1929 y los recientes compromisos bilaterales.
“Esta declaración conjunta publicada en el Ministerio de Asuntos Exteriores dominicano es muy clara. Así que, definitivamente, el gobierno dominicano está mintiendo a su pueblo. Es política. Y es mala”, concluyó el también líder del partido opositor Comprometidos con el Desarrollo.
Las tensiones escalaron en la última semana luego que privados reanudaron las obras del canal en el río Masacre, reviviendo un proyecto gubernamental del presidente asesinado Jovenel Moïse.
En un comunicado divulgado la víspera, Jospeh señaló que la iniciativa permitirá regar unas tres mil hectáreas de tierra y precisó las reuniones bilaterales que se sostuvieron con las autoridades dominicanas durante abril y mayo de 2021.
También aseguró que la mayor autoridad dominicana en gestión del agua, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos describió el conflicto como una “tormenta en un vaso de agua”, y señaló que el proyecto no causaría daños graves a los sistemas agrícolas en la región de Dajabón.
Por el momento el Gobierno de Haití se mantiene en silencio con relación al conflicto, pese a que Santo Domingo amenazó con cerrar la frontera y prohibir el comercio aéreo, marítimo y terrestre hasta que se detenga la construcción.
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