“Hay que descolonizar el actual orden científico mundial con espacios para un diálogo epistemológico sistemático entre las ciencias modernas y las de los pueblos originarios, buscando soluciones a las múltiples crisis del mundo”, afirmó en su discurso en la Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno del Grupo de los 77 y China (G77 y China), en La Habana.
Insistió Choquehuanca durante el foro que sesiona en el Palacio de las Convenciones en la necesidad de trascender lo que denominó “trampa de la cumbre del futuro, monopolizada por el paradigma antropocéntrico».
Consideró necesario convocar a la Asamblea de la Madre Tierra, centrada la visión de futuro en los valores y principios cosmobiocéntricos y los derechos de la Pacha Mama.
“Hay que impulsar un pacto digital científico y tecnológico mundial por la vida-describió-, fuera del paradigma capitalista y antropocéntrico con una propuesta de ciencia abierta sin privatización ni mercantilización de la ciencia, la tecnología y la transformación digital”.
Adicionalmente, recomendó construir un nuevo horizonte de vida para la humanidad, impulsado desde el G77 y China.
Subrayó que en ese desafío Bolivia reafirma la conclusión que resultó de la Cumbre del G77 de la cual fue sede en 2014, “que nos dice que desde el Sur de nuestros países hay que construir un nuevo orden mundial con justicia social para vivir bien”.
Autor del libro Geapolítica del Vivir Bien, Choquehuanca insistió en que el derecho al bienestar que exigen los países del Sur no es el desarrollo de la civilización occidental, que pone en riesgo al planeta.
“No podemos seguir caminando por el camino occidental capitalista, que es el culpable de la existencia de la pobreza en el mundo”, aclaró.
Como alternativa, recomendó “construir nuestro propio camino desde nuestras raíces, valores y códigos de la cultura de la vida”.
Acotó que solo mediante el reconocimiento de “nuestras raíces” la humanidad será libre, de lo contrario, seguirá sometida.
Señaló que muchos de los fundamentos de la ciencia occidental sirvieron para colonizar y recolonizar a los países y pueblos con las armas de la ciencia y la tecnología y para que algunos seres humanos se impongan sobre todas las otras especies del planeta y sobre su propia especie.
“Honrando el principio de equilibrio, complementariedad y armonía se debe respetar y formalizar el valor de uso de la sabiduría heredada de nuestros ancestros y la sapiencia de nuestros pueblos del mundo en igualdad de condiciones”, concluyó en su discurso.
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