Las nuevas instalaciones cerraron temporalmente por precaución, pero volverán a abrirse una vez que sean desinfectadas y todos los niños confirmen su estado negativo antes de regresar, aseguró Joffe.
Hasta la fecha 342 casos se han confirmado por laboratorio luego de los primeros 50 enfermos detectados la primera semana de septiembre.
Doce niños continúan hospitalizados, 10 de los cuales padecen síndrome urémico hemolítico, una complicación que afecta a la sangre y los riñones, mientras seis de ellos están recibiendo diálisis, informó.
Los investigadores de la agencia de salud creen que, según la epidemiología de los casos, es «muy probable» que la fuente del brote sea comida de una cocina central.
Joffe indicó que algunos de los niños que dieron positivo en los centros agregados están conectados a guarderías desde el brote original.
«A todos los padres involucrados en esta terrible situación, los escuchamos y entendemos por lo que están pasando», se lee en un comunicado de su oficina.
«Sin embargo, es crucial que los padres sigan las orientaciones que les brindan los profesionales de la salud», agregó.
La declaración pide a todos los operadores de guarderías de la región de Calgary que confirmen el historial de salud y de guarderías de los niños que son nuevos en sus instalaciones.
«Trabajando juntos y siguiendo las directrices sanitarias, detendremos este brote».
Los síntomas por infección de E.coli incluyen náuseas o vómitos, diarrea, calambres o dolor de estómago, hinchazón o gases, pérdida de apetito, fiebre o fatiga.
Los adultos sanos suelen recuperarse de la infección por E. coli en el plazo de una semana, mientras los niños pequeños y los adultos mayores presentan un mayor riesgo de desarrollar un tipo de insuficiencia renal que pone en riesgo la vida.
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