De acuerdo con un parte publicado este martes en el sitio oficial de la oficina de prensa de la Santa Sede, durante su intervención no presencial en esas reunión, con sede en Nueva York, el Sumo Pontífice señaló que “es importante difundir una cultura del encuentro, una cultura del diálogo, una cultura de la escucha y de la comprensión”.
En esta conferencia anual, promovida por el expresidente estadounidense William Clinton, Francisco expresó que a los numerosos retos de la actualidad: el cambio climático, las crisis humanitarias que afectan a migrantes y refugiados, el cuidado de los niños y tantos otros, “añadiría uno más, el viento de guerra”.
Esos aires bélicos alimentan, según dijo, lo que he llamado muchas veces la tercera guerra mundial a pedacitos, que ahora nos implica a todos y agregó que es hora de encontrar el cambio hacia la paz, el cambio hacia la fraternidad. Es hora de que cesen las armas, de que volvamos al diálogo y a la diplomacia, agregó.
Es necesario compartir el parecer sobre cómo contribuir al bien común y cómo no dejar de lado a las personas más vulnerables, como los niños, manifestó en su mensaje a los asistentes a esa cita de dos días, que se inició el pasado domingo, pues “sólo juntos podremos sanar al mundo del anonimato de la globalización de la indiferencia”.
Es hora de trabajar juntos para detener la catástrofe ecológica, antes de que sea demasiado tarde y de afrontar juntos las emergencias migratorias, recordando de que no hablamos de números, sino de personas: hombres, mujeres y niños, aseveró.
El Papa agregó que es necesaria una gran y común asunción de responsabilidades. Ningún reto, ningún desafío es demasiado grande si lo afrontamos desde la conversión personal de cada uno de nosotros, desde la aportación que cada uno pueda hacer para superarlo, y desde la conciencia de formar parte de un mismo destino, expresó.
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