La instancia que reconoció una leve disminución de los índices a partir de agosto con respecto al trimestre anterior, advirtió que persisten niveles de emergencia de inseguridad alimentaria en varias regiones, mientras que la financiación es críticamente baja.
Según un reporte de la Comisión Nacional de Seguridad Alimentaria, 4,35 millones de haitianos se enfrentan al hambre aguda entre agosto de este año y enero de 2024, una reducción del 11 por ciento con respecto a los 4,9 millones registrados de marzo a junio.
No obstante, Jean-Martin Bauer, director del PMA en Haití, alertó que, sin una inyección inmediata de fondos, se corre el riesgo de que un número aún mayor de personas pasen hambre, lo cual erosionará los avances conseguidos con tanto esfuerzo.
Además, señaló que los progresos son frágiles por la escasez de fondos y el aumento de los desplazados internos como resultado de la reciente ola de violencia.
Las incursiones de grupos armados en varias zonas residenciales de la capital, Puerto Príncipe, así como la expansión de la actividad delictiva en zonas rurales como el departamento de Artibonite, podrían provocar una alteración generalizada de los mercados locales de alimentos y llevar al país a niveles de hambre desastrosos, indicó la organización.
Explicó, asimismo, que la ligera mejoría se atribuye a la disponibilidad de combustible tras un periodo de crisis, lo cual permite los desplazamientos por el país y la utilización de rutas alternativas para movilizar las mercancías.
En julio el PMA recortó un 25 por ciento el número de personas que reciben ayuda alimentaria en Haití, lo cual afectó a 100 mil personas vulnerables.
Todo ello ocurre cuando la ONU prevé que este año más de 115 mil niños menores de cinco años sufran desnutrición potencialmente mortal, lo que supone un aumento del 30 por ciento con relación a 2022.
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