En un mensaje publicado en la red social X, el mandatario aseveró que dicha decisión es un acto de justicia, en especial cuando su país conmemora 40 años del fin de la última dictadura cívico-militar (1976-1983) y de recuperada la democracia.
La memoria colectiva hace que los pueblos no repitan sus historias y permite avanzar hacia el futuro. Preservándola, el mundo se convierte en un lugar mejor, afirmó.
La instalación está ubicada en el edificio del Casino de Oficiales, donde funcionó el centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), uno de los más de 700 que existieron en Argentina durante el régimen.
Por su condición de prueba judicial en las causas por crímenes de lesa humanidad, el lugar no fue alterado durante su recuperación, sino que permanece como fue descrito en los testimonios de los sobrevivientes en el llamado Juicio a las Juntas (1985) contra los principales jefes militares de aquel período y en los procesos retomados a partir de 2004.
En él estuvieron retenidos cerca de cinco mil militantes políticos y sociales, de organizaciones revolucionarias —armadas o no—, trabajadores, estudiantes, profesionales, artistas y religiosos, la mayoría de los cuales fueron arrojados vivos al mar.
Además, allí nacieron en cautiverio cientos de niños que fueron separados de sus madres y apropiados ilegalmente o robados.
En su mensaje, Fernández agradeció a los miembros del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco y reconoció el trabajo realizado por la embajadora argentina ante ese organismo, Marcela Losardo.
En la ESMA se expresó lo peor del terrorismo de Estado. La Argentina de esos años sufrió la persecución de todos los que se oponían a la dictadura. Algunos fueron perseguidos, otros detenidos y casi todos, torturados. Otros terminaron exiliados, muchos fueron asesinados y desaparecidos, señaló el jefe de Estado.
Además, recordó que hombres y mujeres fueron llevados a ese lugar y después arrojados al río de la Plata desde aviones como parte de los llamados vuelos de la muerte.
Hasta el día de hoy seguimos buscando los cuerpos de numerosas víctimas, afirmó.
Por otra parte, destacó la historia de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, quienes buscaron con desesperación a sus hijos y nietos nacidos en cautiverio.
Fue una lucha ejemplar, que encararon mujeres que nunca claudicaron y se enfrentaron a los dictadores más feroces que Argentina recuerda. Cuando cumplimos 40 años de democracia, no puedo contarles la tranquilidad que me da que la ESMA sea un sitio de memoria de la Unesco para que nadie en pueda negar u olvidar el horror que se vivió allí, apuntó.
Las Madres y Abuelas nos enseñaron que no debemos promover la venganza ni olvidar, sino buscar la verdad y pedir justicia. Eso es lo que hacemos, aseguró.
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