“Todos estamos llamados a crear comunidades dispuestas y abiertas a acoger, promover, acompañar e integrar a quienes llaman a nuestras puertas”, predicó el Sumo Pontífice al dirigirse desde la ventana de su estudio en el palacio Apostólico a los cientos de fieles congregados en el lugar.
La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado de la Iglesia fue instituida en 1914 por el papa Pio X, en un complejo contexto, cuando miles de italianos y ciudadanos de otras naciones europeas emigraban al exterior, ante la crítica situación en sus países.
La Organización de Naciones Unidas aprobó por su parte la celebración anual del Día Internacional del Refugiado cada 20 de junio, mientras que la Jornada del Migrante tiene lugar los días 18 de diciembre.
“Hoy celebramos el Día Mundial del Migrante y del Refugiado, con el tema Libre de elegir si migrar o quedarse, para recordar que migrar debe ser una elección libre y nunca la única posible” la cual, según dijo, es “una obligación para muchos, mientras que debería existir el derecho a no emigrar para permanecer en la propia tierra”.
Francisco señaló que ese tema estuvo en el centro de los Encuentros Mediterráneos, que tuvieron lugar los días 22 y 23 de septiembre en la ciudad francesa de Marsella, en cuya última sesión participó, y donde señaló que “los migrantes no invaden, ellos buscan hospitalidad”
El Obispo de Roma llamó en la urbe gala a una mayor responsabilidad europea frente a la crisis de los migrantes, para quienes pidió solidaridad e integración.
“Es cierto que no es fácil integrar, pero el principal criterio no puede ser el beneficio propio».
«Quienes se refugian en nosotros no deben considerarse una carga a soportar”, aseveró el Pontífice en referencia al enfrentamiento a la compleja situación actual, tras la llegada de 132 mil 867 migrantes por mar a Italia entre el 1 de enero y el 22 de septiembre de 2023.
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