La cifra más reciente proporcionada por las autoridades es de casi 40 muertos por el siniestro en el vecindario popular de Seme-Krake en esta ciudad, la capital de Benín, en el cual fueron desplegadas fuerzas de seguridad para cooperar con las labores de salvamento aún en curso.
El número de muertos, se debió a la afluencia de público que acude a lugares similares a adquirir combustible de uso doméstico a precio inferior al oficial, que aumentó desde mayo pasado cuando el gobierno retiró el subsidio.
La venta de carburantes robados es un floreciente negocio en este país y en Nigeria, donde son sustraídos por ladrones, los cuales con frecuencia ocasionan graves incendios en los lugares donde perforan las tuberías y en las refinerías y expendios clandestinos.
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