La noticia encabeza los titulares de este martes de antiguaobserver.com como parte de los documentos suscritos en el marco del periodo 78 de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El periódico pondera el papel de la nación caribeña en aras de la conservación y el uso sostenible de los océanos a tono con los principios establecidos en el Tratado de Biodiversidad Detrás de las Jurisdicciones Nacionales (BBNJ).
Fue un momento innovador para Antigua y Barbuda, reseñó la fuente, tras casi dos décadas de conversaciones que culminaron en junio pasado cuando los gobiernos adoptaron el instrumento internacionalmente vinculante.
El texto requirió 60 ratificaciones para su entrada en vigor y Antigua y Barbuda estuvo entre las más de 80 naciones firmantes como primer paso hacia la ratificación, valoró el diario.
«Este fue realmente un momento de orgullo y trascendental para mí y para Antigua y Barbuda. No tenemos control sobre la inmensidad del océano ni sobre las acciones de otros que lo utilizan para arrojar sus desechos», dijo el ministro Greene, citado por la edición digital.
A su juicio, ahora las pequeñas naciones insulares cuentan con un marco legal para proteger el frágil espacio marino de lo que ingresa desde mucho más allá de sus fronteras.
«Es verdaderamente gratificante que como nación hayamos podido ser parte de un proceso tan importante para llegar hasta el día de hoy», destacó el canciller antiguano durante el acto celebrado en la ONU.
En la firma estuvo también la primera secretaria de la misión de Antigua y Barbuda ante Naciones Unidas, Asha Challenger, una figura clave en los esfuerzos del país para proteger los océanos.
rgh/mmc