El número de este arsenal podría aumentar por primera vez en décadas; se están socavando las normas logradas con tanto esfuerzo para impedir su uso, propagación y pruebas, recalcó el máximo responsable de la ONU durante la ceremonia de conmemoración de la fecha con un encuentro de alto nivel en la sede del organismo.
A juicio del titular, la arquitectura global de desarme y no proliferación se está erosionando por lo que se debe invertir el rumbo.
Cualquier uso de un arma nuclear en cualquier momento, lugar y contexto desencadenaría una catástrofe humanitaria de proporciones épicas. Esto no es una hipérbole; este es el mensaje eterno de los hibakusha, los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, dijo.
Guterres lanzó un llamado urgente a los estados poseedores a tomar la iniciativa, cumplir con sus obligaciones de desarme y comprometerse con no utilizarlo nunca más bajo ninguna circunstancia.
La comunidad internacional debe reforzar y renovar el compromiso con el desarme nuclear y la no proliferación, régimen construido a lo largo de décadas que incluye los Tratados sobre la No Proliferación, Prohibición de Armas y Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.
«En nombre de todas las víctimas de los ensayos nucleares, hago un llamamiento a todos los países que han aún no han ratificado el Tratado a que lo hagan sin demora», añadió.
Al mismo tiempo, convocó a desplegar las herramientas del diálogo, la diplomacia y la negociación para aliviar tensiones y poner fin a la amenaza nuclear. El desarme y la prevención de conflictos están en el centro del informe de políticas publicado recientemente sobre una Nueva Agenda para la Paz, iniciativa del propio secretario general.
«El mundo ha pasado demasiado tiempo bajo la sombra de las armas nucleares; alejémonos del borde del desastre; marquemos el comienzo de una nueva era de paz para todas las personas. Hagamos historia consignando las armas nucleares a la historia», concluyó.
La eliminación total de estas es considerada la principal prioridad del organismo en materia de desarme y un asunto de larga data desde la primera resolución aprobada por la Asamblea General, en 1946.
El planeta acumula aún alrededor de 12 mil 500 armas nucleares y los países poseedores cuentan con programas de modernización de sus arsenales a largo plazo con su propia dotación de fondos.
De acuerdo con estimaciones de ONU, más de la mitad de la población mundial aún vive en naciones que, o bien tienen este tipo de armas, o son miembros de alianzas para su uso.
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