Los padres y familiares de los jóvenes normalistas encabezaron la manifestación, como siempre, con los retratos de cada uno de los 43, y detrás de ellos miles de simpatizantes que gritaban a coro el lema eterno de ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
El lema no es una utopía ni siquiera un acto de fe, sino un grito de rebeldía y denuncia que ha calado a todo el pueblo de México, pues involucra directamente a los autores materiales e intelectuales.
En particular a jueces corruptos que ampararon tanto a los que apretaron el gatillo como a quienes inventaron la tristemente famosa “verdad histórica” para ocultar a los militares en el gobierno de Enrique Peña Nieto que participaron en la matanza.
Desde entonces, los padres gritan lo mismo insistentemente mientras exigen transparencia en las investigaciones y castigo a todos los culpables, incluido el expresidente Peña Nieto, y no aceptan que lo exculpen.
La marcha de este martes se realiza un día después de una importante reunión en el Palacio Nacional en la cual surgieron divergencias, pues los padres creen que el actual mando militar no ha entregado toda la información que disponen, pero ellos y el propio mandatario, consideran que no es así. Hay textos, pero faltan videos, opinan.
El gobierno sigue conversando con la esperanza de que se limen asperezas y se concentre todo el proceso en la prioridad número uno, que aparezcan los restos de los muchachos, pues en ese sentido el “pacto de silencio” del gobierno priísta de Peña Nieto, el del municipio de Iguala, y el mando militar de la época, no se ha roto.
Hay decenas de presos, incluidos dos oficiales de muy alto rango y otra decena de uniformados, un exprocurador general, entre otros, pero se sigue guardando silencio sobre los desparecidos cuando ya han transcurrido nueve años de angustia para sus familiares.
«A nueve años, no olvidamos, no perdonamos», «Fue crimen de Estado» y “Ya basta de disimular, de mentir y de desvirtuar la verdad”, fueron algunas de las leyendas plasmadas en mantas y pancartas que llevaban los manifestantes
La marcha de hoy se inició tarde y bloqueó numerosas arterias principales de la ciudad, de manera pacífica, como siempre lo hacen, pero esta vez las encapuchadas perturbaron el contingente.
Un grupo de alrededor de 40 personas vestidas de negro y con el rostro cubierto, se infiltraron en distintos puntos de la marcha y vandalizaron diversos inmuebles con martillos, piedras y otros objetos, rompieron vidrieras sobre Paseo de la Reforma, además de pintar consignas con aerosol.
Y aunque fueron repudiadas por los padres y miles de manifestantes quienes las rechiflaron y les gritaron fuera, fuera, continuaron sus atrocidades.
El incidente retrasó la marcha que llegó después de las siete de la noche al Zócalo donde hablaron numerosas personas, de organizaciones sociales y sindicatos, y muchos estudiantes.
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