Según ese medio de prensa, la sospechosa presentó una ampliación de su declaración indagatoria donde narra lo sucedido, culpa a su novio Fernando Sabag y refiere la relación entre él, la agrupación Revolución Federal y el diputado de Juntos por el Cambio (JxC) Gerardo Milman.
El 1 de septiembre de 2022 Sabag apuntó con una pistola a la cabeza de la también titular del Senado cuando ella saludaba a personas reunidas en las afueras de su domicilio en el capitalino barrio de Recoleta.
Aunque apretó el gatillo, el arma -que contaba con cinco balas- no se disparó y el individuo fue detenido por ciudadanos que lo entregaron a la Policía Federal.
El domingo 4, oficiales de la Unidad de Investigación Antiterrorista arrestaron a Uliarte y ambos fueron considerados por la jueza María Eugenia Capuchetti como coautores penalmente responsables del delito de homicidio calificado, agravado por el empleo de armas de fuego, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, en grado de tentativa.
Además, enfrentan cargos por portación de arma de guerra sin la debida autorización legal, acopio de municiones, tenencia de documento nacional de identidad ajeno y falsificación.
También fue detenido un hombre llamado Gabriel Carrizo por su papel en la organización y ejecución de los hechos.
En su nueva declaración, Uliarte intentó desligarse del ataque, dijo que llevaba saliendo con Sabag un mes y medio y lo describió como manipulador, con trastornos de la personalidad y comportamientos violentos.
Además, asegura que el hombre era quien mantenía lazos con Revolución Federal, organización conocida por la promoción de discursos de odio y actos extremistas.
No puedo asegurar que lo financiaron para que matara, pero en dos oportunidades me contó que sí lo hacían con Revolución… Había gente conectada al gobierno, antikirchnerista, que pagaba para que fuéramos a las marchas, señaló.
En una oportunidad lo escuché hablando con una chica, de nombre Carolina, y me dijo que era la secretaria de un amigo. (…) Él no es capaz de organizar eso solo, alguien está detrás. Nunca vi a Milman, pero decían que pagaba para que participaran en las manifestaciones y generaran disturbios y violencia alrededor de la casa de Fernández, añadió.
En múltiples ocasiones, la exjefa de Estado denunció la participación de agrupaciones extremistas y políticas en la organización y financiamiento del atentado y acusó a Capuchetti de entorpecer y demorar las indagaciones cuando se hallaron pruebas que apuntaban a miembros de Revolución… y el partido Propuesta Republicana (PRO).
Fernández y sus abogados solicitaron investigar la presunta relación de Milman con el hecho y la implicación de la líder del PRO y candidata a presidenta por JxC, Patricia Bullrich, en la eliminación de datos de celulares de varios testigos.
Poco después del ataque, un hombre declaró que dos días antes del suceso, en el bar Casablanca, ubicado cerca del Congreso, escuchó decir a Milman a dos mujeres que lo acompañaban: “Cuando la maten, voy a estar camino a la costa”.
Ivana Bohdziewicz, una de las asesoras que estaba en el bar, expuso en una tercera declaración que no vació su teléfono por voluntad propia, sino que la llevaron a las oficinas de Bullrich, donde un perito lo hizo.
Sin embargo, no fue hasta el 17 de agosto de este año que la Cámara Federal capitalina autorizó el análisis del celular de Milman.
Fernández también publicó un video en la red social X, en el que se señala que “la investigación sobre lo ocurrido comenzó muy mal y a las pocas horas del atentado, bajo la custodia de Capuchetti, fue borrado el contenido del teléfono de Sabag”.
La jueza demoró la detención de sus cómplices Uliarte y Carrizo. A eso se sumó la paralización de la causa cuando aparecieron elementos que vinculan a dirigentes de la oposición, explica el material.
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