En su proyección sobre el país, el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo señaló que pese a la recuperación de los ingresos del Canal de Suez y del sector turístico, el impulso se ve obstaculizado por una desaceleración de la construcción y las manufacturas, junto con una reducción en la producción de gas.
No obstante, resaltó que el desempleo bajó ligeramente al 7,0 por ciento en el segundo trimestre de 2023.
Como dato negativo, la entidad citó también la inflación, que alcanzó niveles récords, y la falta de divisas.
A mediados de este mes, Hossam Heiba, director ejecutivo de la Autoridad General de Inversiones y Zonas Francas de esta nación, elevó su pronóstico de crecimiento para el año fiscal 2023-2024 al 4,4 por ciento, tres décimas más a su análisis anterior.
Heiba también aumentó las proyecciones para el próximo año fiscal de 4,7 a 5,0 por ciento.
El funcionario destacó que esas cifras están sustentadas por un mejor desempeño de los sectores inmobiliario y de infraestructura.
En marzo último, el ministro de Finanzas, Mohamed Maait, redujo la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año fiscal del 5,5 al 4,1 por ciento.
Maait afirmó entonces que las autoridades del país aspiran a lograr un superávit primario del 2,5 por ciento del PIB y una inflación de por ciento.
Ese mismo mes, el Fondo Monetario Internacional también ajustó la tasa de crecimiento para este periodo a 4,0 por ciento.
A su vez, en julio el banco Morgan Stanley estimó que la economía egipcia aumentará 4,2 por ciento.
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