Ibrahim calificó de fatal la etapa de vacío presidencial en la nación, al considerar que la dimensión internacional obstruye la elección del nuevo jefe de Estado.
A través de un comunicado, el exfuncionario subrayó que no habrá presidente de la República en el futuro previsible, pues hasta ahora el expediente no maduró en la arena externa.
Para él, todos los que intentan ayudar a Líbano a superar esta crisis tienen intereses y complican el alcance de un entendimiento nacional.
Al mismo tiempo, responsabilizó a las fuerzas políticas por su alineamiento sectario y convocó a cooperar para llegar a una ley electoral moderna que estipule la desvinculación de la política de la administración.
En este sentido, indicó que cuando el político interfiere en la administración, la seguridad y el poder judicial suceden crisis en las instituciones.
El extitular de Seguridad General llamó a los partidos y a todas las partes a trabajar de acuerdo con el interés del pueblo, «que debe ser la brújula».
Líbano sortea los obstáculos de 11 meses sin presidente de la República, en ausencia de consenso político, presiones extranjeras y bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales.
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