En intercambio con periodistas en la sede del Ministerio, el responsable de la cartera subrayó que el país depende de la industria extractiva, y eso es un fenómeno peligroso, sin embargo, no significa que el sector se quede al margen de la transformación económica.
Por contradictorio que pudiera parecer, apuntó Azevedo, se trata de una rama fundamental para avanzar en esos propósitos, y no solo por el capital que genera.
Ejemplificó con varios de los proyectos que impulsa la cartera y que tienen impacto en otras esferas de desarrollo, como el procesamiento de minerales para la producción de fertilizantes.
Angola tiene los recursos para ser autosuficiente en la producción de fertilizantes, algo que resulta vital para el fomento de la agricultura, comentó, y se refirió a la producción de fosfatos y potasa, así como de piedra caliza para la corrección de los suelos.
Significó también las potencialidades de la industria de derivados del petróleo, y mencionó los pasos dados en los proyectos de tres refinerías que actualmente están en diferentes momentos de su desarrollo.
La primera de ellas ya se construye en Cabinda (norte), y su fase inicial debe estar concluida en diciembre de 2024, de acuerdo con el plan, mientras que otra avanza en Soyo, en la provincia de Zaire (norte).
Una tercera está prevista en Lobito, en la provincia de Benguela al sur de Luanda, pero aún se negocia la construcción, que podría quedar en manos de una empresa china.
El desarrollo de la petroquímica, el aprovechamiento de los residuales de los procesos de toda la industria, entre otras líneas de estudio y acción, están en las proyecciones del Ministerio para 2027.
Las principales vertientes de ese plan están en el desarrollo y modernización de las actividades geológicas y mineras, así como en el avance y consolidación del sector del petróleo y el gas.
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