El homenaje devino internacional porque coincidió con la presencia en México de delegados de varios países latinoamericanos a una convención y quisieron rendirle honores al Che argentinos, colombianos, peruanos, venezolanos, quienes unieron sus voces a los mexicanos de numerosos partidos y organizaciones políticas y a los cubanos residentes en este país.
Marcos Rodríguez, embajador de Cuba en México, pronunció las palabras centrales en las que evocó la memoria del Guerrillero Heroico, su entrañable amistad con el Comandante en Jefe Fidel Castro, y lo que significó y significa para Cuba, América Latina y el mundo, su internacionalismo.
El homenaje tuvo el gran simbolismo de realizarse a unos pocos metros de la casa de María Antonia, donde el Che conoció a Fidel y tuvo su primera reunión con él por más de 10 horas, y allí mismo se incorporó a los preparativos de la travesía y desembarco del Granma para iniciar la guerra necesaria tal como hizo José Martí en 1895.
Según cuentan, en el parque detrás del Museo San Carlos, en la Colonia Tabacalera, precisamente donde hay un busto de Julio Antonio Mella, asesinado a solo unas cuantas cuadras de allí, el Che y Fidel solían reunirse antes de ir al Café Habana, también cercano, para hablar de los preparativos y la reparación del yate Granma comprado por Antonio del Conde, apodado El Cuate por Fidel.
En recuerdo de aquellos tiempos, los movimientos de solidaridad, con el apoyo de la embajada de Cuba, erigieron un busto al Che, y posteriormente uno que simboliza sus reuniones en el lugar: un banco común con las esculturas de Fidel y el Guerrillero Heroico, conversando tranquilamente, uno con su pipa en la mano y el otro con el infaltable tabaco entonces.
Este año, el Movimiento de Solidaridad con Cuba tuvo la iniciativa de entregar a todos los asistentes claveles rojos que la estiman como una flor de revolucionarios por ser símbolo de pasión y amor que representa la energía vital y el deseo de vivir, y por esos motivos fue el emblema de La Revolución de los Claveles de Portugal el 25 de noviembre de 1975.
El embajador Rodríguez colocó la ofrenda floral en nombre del pueblo y gobierno de su país y representantes del Movimiento de Solidaridad, los cubanos residentes, los partidos Comunistas, Morena, Trabajo y otros varios, depositaron también las suyas, mientras que el público colocó los claveles mientras gritaban loas al Guerrillero Heroico y exclamaciones de El Che Vive, no lo han podido matar.
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