La Agencia de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (Unrwa) alertó en un comunicado que la cifra aumentará en las próximas horas y días como consecuencia de los ataques.
Al menos una escuela financiada por la Unrwa, con 225 personas en su interior, recibió el impacto de bombas, subrayó.
La institución detalló que sus trabajadores proporcionan a las familias refugio y agua potable, mientras se preparan paquetes de suministros de alimentos para su entrega.
Asimismo, llamó a proteger a los civiles y abogó por un alto el fuego inmediato para poner fin a la escalada bélica.
En las últimas 20 horas se lanzaron unas mil toneladas de bombas sobre el territorio y se utilizaron de 50 a 60 aparatos, señaló el portal noticioso israelí Walla.
Israel anunció que atacó unos mil 200 blancos en ese territorio, la mayoría cuarteles, oficinas y centros de entrenamiento o dirección de Hamas y de otras milicias, pero los palestinos afirman que los principales objetivos son mezquitas y edificios civiles.
Al respecto, la Media Luna Roja Palestina acusó ayer a ese país de destruir al menos 34 estructuras civiles en el enclave costero, donde viven más de dos millones de personas.
El portavoz de la Media Luna Roja Palestina, Muhammad Abu Musabih, reveló a la televisora egipcia Cairo News que se registraron tres casos de violaciones contra el personal de esa institución humanitaria, que causaron la muerte de varios trabajadores.
Abu Musabish advirtió sobre la necesidad urgente de ambulancias para transportar a los miles de heridos y señaló que hay una gran escasez de material médico, así como de combustible necesario para el funcionamiento de los hospitales.
En tanto, el Ministerio de Dotaciones y Asuntos Religiosos criticó el bombardeo israelí contras dos mezquitas, ubicadas en el oeste y el sur de la Franja, lo cual, dijo, es una violación de las normas internacionales.
En similar sentido se pronunciaron las autoridades judiciales del territorio al condenar los ataques contra torres de viviendas, una acción que calificaron de crimen de guerra.
Desde el inicio de esta nueva ola de violencia, el sábado último, Israel contabilizó 700 muertos y dos mil 382 heridos, incluidos 73 soldados y 34 policías.
En tanto, las autoridades de salud de Gaza informaron, por su parte, que 413 personas murieron allí, incluidos 91 niños y 61 mujeres, y más de dos mil 300 resultaron heridas.
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