Las cámaras de monitoreo de Ovsicori, de la Universidad Nacional (UNA) detectaron el evento, pero no detallan si la formación respondió a condiciones propias de los gases y vapores emanados desde lo interno del macizo.
Según publica la página web de Teletica, el viernes 14 de julio, químicos de ambas instituciones subieron al cráter activo para recopilar datos que permitan descifrar si, en efecto, el coloso estaba ante un posible nuevo ciclo eruptivo.
En sus análisis destacan que existe la formación de borbollones en el fondo de la laguna hiperácida del cráter activo.
Un borbollón es una erupción que ocurre en un cuerpo de agua, de abajo para arriba, elevándose sobre la superficie.
Este tipo de eventos se genera por distintos motivos, ya sea por el vapor desprendido del agua cuando hierve o por el aire que sale de algún orificio. Es un indicador clave para establecer cambios y actividad eruptiva inminente, explican los científicos.
El volcán Póas es un estratovolcán complejo y muy activo que alcanza los dos mil 708 metros sobre el nivel del mar y una de las principales cumbres del país.
Es considerado uno de los centros eruptivos más importantes de Costa Rica y una de las maravillas naturales del país.
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