Aseguró que esos fideicomisos no se usan, sino que son reservas que tienen los tribunales para beneficio de los altos funcionarios públicos de ese Poder del Estado, e instó a los legisladores de la Cámara de Diputados a que lo explicaran.
Dijo que es muy poco lo que se ejecuta de esos dineros y se va acumulando en cada período como si fuera un «guardadito bancario para usufructo de la élite superior de la Suprema Corte, el Tribunal y, por lo tanto, no va a afectar a los trabajadores como señalan los magistrados».
Ellos, dijo, actúan en contra de la austeridad republicana proclamada por el presidente emérito Benito Juárez cuando indicó que el funcionario público debe aprender a vivir en la justa medianía de los ingresos sociales promedio, lo cual no hacen, pues mientras el salario medio en México es de 16 mil pesos mensuales (unos 900 dólares) el de ellos es de 700 mil.
Es decir, aclaró, que mientras un mexicano común gana cada día laboral 665 pesos, ellos obtienen 30 mil, entonces, se preguntó, ¿dónde está la justa medianía a la que instaba Juárez?
El tema salió a colación en la diaria conferencia de prensa porque ayer la Suprema Corte afirmó que la desaparición de 13 de sus 14 fideicomisos sí repercutirá y afectará a sus trabajadores pues al menos seis están relacionados con obligaciones patronales.
Debido a tales afirmaciones desmentidas por él, es que pidió a los diputados que aclararan esos dichos.
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