Argumentó al respecto que será así, pues no hay afectación comercial y lo resolverán panelistas sin que intervengan empresas y la “nube política” estadounidense.
Agregó que México ya está más tranquilo en ese tema del panel porque se quita toda la parte política de Estados Unidos. Ahí no están las empresas, como Monsanto, van a estar otro tipo de abogados ya técnicos, y se va a poder discutir en un plano más técnico y no en un escenario meramente electoral, dijo.
Explicó que el decreto de 2023, el cual es el objeto del panel, no tiene ninguna prohibición y recordó que las importaciones del grano biológicamente modificado están permitidas.
El comercio no está prohibido, se puede cruzar, simplemente el uso del maíz para tortilla no se permite que sea transgénico, indicó.
Destacó que el 50 por ciento del maíz que se consume en México es de producción nacional y la otra mitad es importado.
No obstante, toda la producción nacional no es transgénico porque lo prohibió la Suprema Corte de Justicia de la Nación en los 90 y es suficiente para la producción de masa y tortilla.
Por lo tanto, no hay afectación en la parte comercial, porque con la producción nacional es suficiente, dijo.
Indicó que no hay daño comercial, aunque detrás sólo están los intereses económicos y México defiende la biodiversidad, que también es contemplada en el Tratado México, Estados Unidos y Canadá.
Destacó que para continuar fomentando la inversión extranjera directa, el Gobierno de México se va a enfocar en cinco sectores estratégicos y en todas las micro, pequeñas y medianas empresas, y para hacerlo más uniforme identificó centros industriales, pero estarán sujetos a los recursos naturales.
Lo que se busca es tener un desarrollo industrial no regionalizado, sino que sea más homogéneo a lo largo de todo el país para que todo el mundo tenga un beneficio económico, dijo.
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