Forsyth calificó la gira como un fracaso porque, entre otras razones, en Alemania no fue recibida por su homólogo real, el canciller Olaf Scholz, sino por el presidente, Frank-Walter Steinmeier, una figura protocolar.
El periplo, dijo, “ha servido para perder el tiempo y gastar mucho dinero y ha sido un fracaso, porque cuando un presidente viaja, es para firmar acuerdos, concretar tratados, pero aquí no hay nada”.
Sobre la audiencia que concedió a Boluarte el papa Francisco, dijo que no fue una reunión privada con el sumo pontífice, sino un encuentro del que queda una fotografía que, apuntó, no va a cambiar la imagen negativa que el pueblo tiene de ella.
Además, dijo, la foto “Da la impresión de que el papa Francisco ha querido limitar el encuentro solo a ese saludo”.
Para el analista internacional Óscar Vidarte, se trató de “un viaje intrascendente, que no parece tener ningún impacto en favor de nuestros intereses; ha sido un viaje innecesario”, carente de una agenda importante y de objetivos claros. La gira fue materia de controversia desde su anuncio y un importante número de legisladores de diversas bancadas votaron en contra del viaje, aprobado por el Parlamento por una mayoría relativa de menos de la mitad de los 130 congresistas.
El semanario Hildebrandt en sus Trece reveló que el viaje tuvo un costo de cerca de un millón de soles (más de 260 mil dólares), monto que consideró excesivo, y hubo críticas periodistas que consideran exagerado el número de integrantes de su comitiva.
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