La líder del partido Propuesta Republicana (PRO) centró gran parte de su campaña en el odio a los seguidores de la vicemandataria Cristina Fernández y el exjefe de Estado Néstor Kirchner (1950-2010) y no dudó en asegurar que hará lo necesario para eliminar las protestas sociales.
Exministra de Seguridad durante la gestión de Mauricio Macri (2015-2019), Bullrich asegura tener la solución para los problemas de la economía y pasa por alto la responsabilidad de JxC en la deuda contraída con el Fondo Monetario Internacional por más de 45 mil millones de dólares.
En múltiples oportunidades, la candidata aseguró poseer “coraje y fuerza para hacer los cambios necesarios”, pero se mostró descolocada cuando fue cuestionada sobre detalles de su plan económico.
Además, respaldó un fuerte ajuste de los gastos públicos y la privatización de empresas como Yacimientos Petrolíferos Fiscales, recuperada por Fernández en 2012 de manos de la transnacional española Repsol y considerada un pilar fundamental de la soberanía energética de este país.
Por otra parte, durante los debates Bullrich apoyó la llamada teoría de los dos demonios que pretende igualar los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la última dictadura cívico-militar (1976-1983) con la lucha de organizaciones guerrilleras.
Asimismo, envió un abrazo a gendarmes implicados en la desaparición y asesinato del joven Santiago Maldonado (1989-2017) y defendió la represión del pueblo de Jujuy por el gobernador Gerardo Morales, pronunciamientos que fueron fuertemente cuestionados.
La aspirante a ocupar la Casa Rosada aseveró que será “la Comandante en Jefe que necesitan las Fuerzas Armadas” y no dudó en decir que las usará para establecer el orden y combatir el narcotráfico.
También abogó por bajar la edad de imputabilidad a 14 años y propuso crear una cárcel de máxima seguridad llamada Cristina Fernández de Kirchner.
De acuerdo con el analista Luis Bruschtein, Bullrich y Javier Milei (La Libertad Avanza) coinciden en el retorno a un país violento, con las marcas de las dictaduras: miles de muertos y desaparecidos, y heridas que todavía están abiertas.
Sus propuestas de ajuste vienen de la mano de la represión. Plantean desbaratar desde Aerolíneas Argentinas hasta las jubilaciones estatales y compiten para saber cuál será más destructivo, apuntó.
En julio de 2021, la candidata de JxC reconoció que el Gobierno de Macri envió armamento a Bolivia a horas de que se consumara el golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales en noviembre de 2019.
Además, dijo sentir vergüenza porque el mandatario Alberto Fernández pidió disculpas al pueblo de ese país por tal hecho.
En un artículo publicado recientemente, la reconocida periodista Stella Calloni recordó que “Bullrich, quien pertenece al Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina, ha sido un eje clave en la persecución a Cuba y su Revolución, junto con Laura Alonso, a quien pusieron durante el macrismo al frente de la oficina anticorrupción”.
Asimismo, alertó sobre los vínculos de esas personas con grupos criminales y los planes para acabar con todo gobierno popular que intente actuar con independencia y soberanía frente al criminal imperio y sus asociados.
En varias ocasiones, la vicemandataria de esta nación pidió investigar los lazos del PRO con la organización ultraderechista Revolución Federal y denunció la implicación de Bullrich en la eliminación de pruebas que vinculan al diputado Gerardo Milman con el atentado perpetrado en su contra el 1 de septiembre de 2022.
A su vez, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel señaló que el regreso de la derecha a Argentina significaría un retroceso de más de 50 años y la repetición de tragedias que los ciudadanos intentan superar.
LLA y JxC proponen recetas viejas con medicinas amargas ya sufridas por los argentinos que terminaron en fracasos, aseveró.
En tanto, la agrupación Hijos advirtió sobre la amenaza que representan esas fuerzas para conquistas históricas como la educación y la salud públicas, la soberanía sobre la moneda y la identidad nacional.
A 40 años de recuperada la democracia, decimos NO al negacionismo, a la criminalización de la protesta social y a las propuestas basadas en la eliminación y estigmatización de sindicatos, movimientos sociales, de derechos humanos, feministas, de pueblos originarios y otros, afirma un comunicado de esa entidad.
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