Más que cuatro son las estaciones de este incansable actor, investigador y profesor, y el teatro de títeres para él una elección.
En declaraciones a Prensa Latina, Darío Salazar expresó su emoción por recibir el más alto lauro otorgado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS), entidad que congrega a la vanguardia artística más joven de Cuba.
Uno juega de niño con los juguetes, los empieza a animar, a impregnarles una pasión que no tienen, a darles vida porque son pura materia, es ahí cuando comienza la magia y desde ese momento estás enamorado, sin saberlo, del teatro de títeres, reveló.
Esta modalidad teatral es una elección, por tanto, una iniciativa personal que en mi caso me atrapó para toda la vida, agregó.
Desde Santiago de Cuba, La Habana y Matanzas se cuentan más las estaciones para regalar amor del verdadero, que el andar y desandar con Pelusín (del Monte), ese adorable “hijo” de la escritora Dora Alonso.
Así, dormidos y viajando van los muñecos de trapo en los andariveles de este creador y de su conjunto Teatro de las Estaciones cuando, detenidos en cada una de estas paradas, plantan, más que carpas, pasión.
Esa ternura entregada a un público infantil y hasta adulto, es fruto de una vocación que Darío Salazar cultiva desde muy temprana edad, solo así es posible tantos éxitos, reconocimientos de los niños, quienes le agradecen, y lo quieren por su arte y como persona.
Para la mayoría de la gente, el teatro de títeres no es atractivo, a muchos no les motiva, sin embargo, ese es el mérito de este artista con su dedicación, la tan contagiosa alegría y, sobre todo, brindar arte a los niños.
Visto de esta manera, títere y titiritero son como hermanos, ambos con una simbiosis tan sorprendente y, a la vez, auténtica, como nunca antes hubo.
Pero Darío Salazar no está solo, detrás de sus “hijos” títeres hay un equipo de voces de actores para darle vida a sus personajes, utileros, manos de esperanza y amor, tanto para esas cuestiones técnicas, como para poner en movimiento a estos protagonistas del guiñol, los cuales tampoco llegaron de la nada.
Si algo es importante en el teatro de títeres es la imagen, estos polichinelas pueden ser planos, bidimensionales, con líneas y texturas, y el papel de un diseñador es importante, explicó.
El profesor de diseño de teatro de títeres Zenén Calero es un dedicado artista, y sus manos, gran talento y creatividad son las que están detrás de nuestras figuras, tanto de tela, como de paja y otros materiales, porque son hechas también con plástico en ciertas partes de su cuerpo. Eso es arte, expuso.
Calero obtuvo en 2020 el Premio Nacional de Teatro y fue merecedor también -junto con Darío Salazar y otras cuatro personalidades de la cultura- del galardón de la AHS por sus aportes a ese mundo del diseño de títeres.
En la entrevista con Prensa Latina, Darío Salazar manifestó que Teatro de las Estaciones significa para él su casa, su refugio, el lugar donde aprendió muchos de los ardides para manejar a estas “criaturas”.
Precisamente Calero y yo, que somos los líderes de Teatro de las Estaciones, hemos creado una conexión estética y espiritual traducida en una obra ya consolidada e imbricada sobre la base de la inocencia, la espontaneidad de un niño, refirió en declaraciones anteriores.
Si no existiera Teatro de las Estaciones, ni Dora Alonso, algo hubiera pasado en nuestras vidas. Otra persona como ella habría llegado quizás, agregó en aquella ocasión, al enfatizar en la escritora como inmensa, gigante, tan natural y culta a la misma vez.
Hoy indica con otras palabras el amor por Dora, su sencillez y cubanía, además, del honor por haberla conocido.
Para mí es auténtica, más que “un mapa de Cuba”, como se definió ella; por mi parte la describo como un tocororo, una mariposa, una paloma, verdadera cubana y entre las más queridas personas, enfatizó con emoción Darío Salazar.
En cuanto a proyectos nuevos, Teatro de las Estaciones partirá muy pronto con su espectáculo de títeres hacia República Dominicana, concluyó el perseverante artista sin brindar detalles de las sorpresas y novedades que se avecinan en su carrera.
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