Un comunicado señaló que a la posición desestabilizadora asumida por el Ejecutivo guyanés, en representación de los intereses de Exxon Mobil y del Comando Sur, de Estados Unidos, ahora se suma la hostilidad del Gobierno canadiense, promotor del fracasado Grupo de Lima y sus agresiones contra el pueblo venezolano.
Calificar a Venezuela como una prioridad de «seguridad y estabilidad» para ambos gobiernos “claramente denota intenciones injerencistas que son inaceptables”, indicó el Ministerio para las Relaciones Exteriores.
El texto afirmó que la República bolivariana posee un sistema democrático sólido, que ha sobrevivido numerosas pruebas y puede asegurar que “refleja la voluntad de su pueblo”.
La política exterior venezolana es soberana e independiente y se fundamenta en la Diplomacia Bolivariana de Paz y no en los intereses de corporaciones transnacionales o de ninguna otra potencia, subrayó.
Remarcó que conforme al derecho internacional y al principio de la autodeterminación de los pueblos, Venezuela “exige respeto a sus instituciones y a sus procesos democráticos” por parte de todas las naciones del continente.
mgt/jcd