Al intervenir en el cierre del cónclave, que contó con la presencia de 12 países de la región, el alto diplomático señaló que por mucho tiempo se trató de instrumentalizar este asunto para atacar a países como la República Bolivariana.
Señaló que la migración es un fenómeno que debe ser atendido de manera correcta, acorde al Derecho Internacional y los Derechos Humanos, y subrayó que “bajo ningún concepto debe ser instrumentalizado con fines políticos”.
Gil consideró que el día de hoy marca un punto de inflexión en el compromiso de los mandatarios con la firma de la declaración, la cual, opinó, “enaltece una serie de puntos sumamente importantes”.
Mencionó la necesidad de trabajar por derrotar y mitigar el origen que causa la migración irregular de personas en América Latina y el Caribe.
El alto diplomático venezolano significó el apoyo de todos los jefes de Estado y de Gobierno en condenar las medidas coercitivas unilaterales como uno de los “elementos más perniciosos” que genera la migración irregular en el continente.
Manifestó con beneplácito como los distintos gobiernos se comprometieron a “un trato digno” a todos los migrantes, acorde a los Derechos Humanos.
El canciller venezolano expresó que discutieron, además, cómo la mercantilización del fenómeno de la migración se combina con el de las bandas criminales y organizaciones delictivas, que han lucrado con este tema.
Los gobernantes dieron este domingo un paso importante en “separar de la ideologización y el uso político de la migración”, para atender las causas, consecuencias, efectos y proteger, sobre todo, a los migrantes de la región, destacó.
A juicio del jefe de la diplomacia bolivariana, a partir de hoy se genera una agenda de trabajo “sumamente intensa” de todos los gobiernos asistentes.
Gil dijo entender la dificultad generada en “todos nuestros países” por la promoción y el estímulo a la migración ocasionados desde naciones de acogida, sobre todo de Estados Unidos, con el diseño de “políticas erráticas” en materia de migración.
Aseveró que la declaración también demandó a los países de recepción una política más cónsona con los derechos de los migrantes y más coherente con la migración en general.
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