Allí se quitó su saco, subió las mangas de su camisa y una enfermera le aplicó la Abdala y también la de la influenza porque en esta nueva etapa invernal están poniendo las dos al mismo tiempo.
Los periodistas le preguntaron sobre la vacuna cubana, y después de criticar a quienes tratan de hacer campañas negativas contra el muy probado antígeno Abdala, pidió a la gente que no se dejen engañar por ese tipo de propaganda negativa pues su calidad está más que probada.
Explicó que en México todas las vacunas pasan por una rigurosa prueba de calidad antes de usarla, proceso que está a cargo de la Comisión Federal de Protección Sanitaria (Cofepris) que dirige el doctor Alejandro Svarch, un gran profesional honesto y responsable.
Dijo a sus adversarios que la salud pública no debe usarse con propósitos politiqueros, son cosas distintas, pues la salud tiene que ver con derechos humanos y con nada de política, ideología y otras cosas.
Incluso, dijo, eso se respeta hasta en los enfrentamiento armados entre las fuerzas del orden y delincuentes que son atendidos por igual si son heridos para salvarles la vida, o en las guerras donde los soldados enemigos heridos son también atendidos por la otra parte, porque es un derecho humano.
Entonces se necesita ser muy inhumano, dogmático, fanático, para estar utilizando asuntos de salud en cuestiones políticas, peor cuando no tienen razón.
La Cofepris, reiteró, es de lo mejor que hay en México porque está en manos de gente muy eficiente y honrada, grandes profesionales honestos y muy humanos, no son traficantes, ni comerciantes, ni personas que estén pensando en el lucro sino en su vocación de servicio.
Anunció que este año tendrán su vacuna Patria, que ya ha pasado todas las pruebas y es posible que a finales de noviembre esté lista, pues ya se probó su eficacia, y México está entre los países que tendrán su antígeno propio. De hecho, dijo, ya tenemos vacuna mexicana.
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