La portavoz del comité Wideline Pierre pidió al Gobierno ponerse al lado de la población que con esfuerzos propios lleva adelante las obras para abastecer unas tres mil hectáreas de la llanura de Maribaroux, al nordeste del país.
Pierre recordó, asimismo, que Haití es un país soberano y criticó el comportamiento de las autoridades de Santo Domingo que impusieron medidas unilaterales como el cierre fronterizo, prohibición del comercio y transportación binacional, así como la suspensión de visados.
Dos semanas después que el Gobierno de Luis Abinader relajó las disposiciones y anunció la apertura de un corredor comercial para la venta de alimentos y medicamentos a los comerciantes haitianos, la frontera sigue cerrada en Ouanaminthe, que da acceso al principal mercado binacional.
Para Pierre, la apertura del importante punto fronterizo no debería hacerse efectivo si antes el Gobierno de Puerto Príncipe no garantiza la seguridad en el limítrofe, incluidos puestos de control para garantizar la calidad de los productos dominicanos que llegan a suelo haitiano.
La activista también reclamó la apertura del puerto Liberté para promover el comercio con otros países de la región.
Desde mediados de septiembre los intercambios comerciales son tensos entre las naciones que comparten la isla La Española, y en ocasiones las mercancías son destruidas por autoridades en Haití.
Otros puntos al norte y sur de la frontera operan, pero aún sin normalidad, y productos como los huevos, pimientos, limones y otros que solían importarse desde República Dominicana, escasean en los mercados de Haití.
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