Ese actualísimo legado, dijo en la celebración realizada en el Palacio de Gobierno, presidida por los mandatarios de Perú, Dina Bokuarte, y Ecuador, Guillermo Lasso, coincide con la visión exterior del gobierno brasileño del presidente Lula Da Silva.
Añadió que “cuando los estados eligen la vía del dialogo se crean las condiciones para el desarrollo, la prosperidad , la inclusión y la tolerancia, permitiendo que las próximas generaciones puedan mirar el futuro con confianza y optimismo”.
Vieira señaló que el presidente Lula subraya constantemente que “el acercamiento a la comprensión entre nuestros países es decisivo para la construcción de una América del Sur pacifica, unida y actuante en el mundo”.
Destacó que esos fueron los ejes del consenso de Brasilia que resultó de la Cumbre de lideres suramericanos celebrada en mayo pasado y son componentes esenciales de la política exterior de su gobierno.
Añadió que los acuerdos de paz de Brasilia del 26 de octubre de 1998 constituyen la reafirmación de nuestra vocación en favor de la paz solidaria basada en las aspiraciones y anhelos legítimos de nuestros pueblos.
El canciller brasileño dijo que esos acuerdos fueron la culminación de los esfuerzos diplomáticos iniciados con el Protocolo de Límites Perú-Ecuador de enero de 1942, del que eran garantes Brasil, Argentina, Chile y Estados Unidos, que acompañaron las negociaciones en calidad de tales.
Resaltó el objetivo de relanzar y consolidar la unidad suramericana, “como región de paz y cooperación, dialogo y respeto a la diversidad de nuestros pueblos; comprometida con la democracia y los derechos humanos, el desarrollo sostenible, la justicia social, el estado de derecho y la estabilidad institucional”.
Añadió que, en un escenario de múltiples retos para la paz y la seguridad internacional, el Sur puede ejercer un rol clave en el escenario global al promover el apoyo incondicional a la paz y el rechazo al uso de la fuerza.
Para Vieira, tal rol es necesario en un momento de conflictos internacionales que provocan una considerable escalada de la violencia y las crisis humanitarias en el mundo.
En tal contexto, “es más importante que nunca que actuemos con firmeza y solidaridad para tender puentes, fomentar el diálogo y priorizar los canales diplomáticos de solución de conflictos».
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