En declaraciones a la prensa, el titular del organismo aseguró que la IA podría potenciar la acción climática y los esfuerzos para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030.
Además, reconoció su utilidad para impulsar avances extraordinarios para la humanidad, desde predecir y abordar crisis hasta apoyar programas de salud pública y servicios educativos e iniciativas de gobiernos, la sociedad civil y las Naciones Unidas en todos los ámbitos.
Sin embargo, el empleo de esta tecnología se concentra en un puñado de empresas y países, lo que podría profundizar las desigualdades globales y convertir las brechas digitales en abismos, advirtió.
Para las economías en desarrollo, la IA ofrece la posibilidad de superar tecnologías obsoletas y llevar servicios directamente a las personas que más los necesitan.
Guterres alertó de serias preocupaciones derivadas de su uso, en particular la desinformación, el afianzamiento de prejuicios y la discriminación, la vigilancia e invasión de la privacidad, el fraude y otras violaciones de los derechos humanos.
«Sin entrar en una serie de escenarios apocalípticos, ya está claro que el uso malicioso de la IA podría socavar la confianza en las instituciones, debilitar la cohesión social y amenazar la democracia misma», dijo.
El alto representante recordó que la creación del Órgano Asesor responde a su convocatoria para una conversación global y multidisciplinaria sobre la gobernanza de la IA para que se maximicen sus beneficios para la humanidad y se contengan sus riesgos.
La inciativa funcionará de forma independiente, guiado por principios básicos como los valores universales consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
A finales de año, el organismo hará recomendaciones preliminares en tres áreas: la gobernanza internacional de la inteligencia artificial; una comprensión compartida de los riesgos y desafíos; y oportunidades y facilitadores clave para aprovechar esa tecnología para el cumplimiento de los ODS.
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