«He decidido llamar a consulta a nuestra embajadora en Israel. Si Israel no detiene la masacre del pueblo palestino no podemos estar allá», afirmó el jefe de Estado en la red social X.
Petro ha sido coherente en su posición de rechazo en relación con las acciones indiscriminadas del gobierno israelí contra la población civil palestina en la Franja de Gaza, en Cisjordania y la Jerusalén ocupada.
El anuncio del jefe de Estado colombiano tiene lugar poco después de que el Gobierno de Chile, también llamara a consultas a su embajador en Israel ante las violaciones del derecho internacional humanitario perpetradas por Israel.
También este día, el gobierno de Bolivia decidió romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza, la cual considera una amenaza de la paz y la seguridad internacionales.
El pasado 7 de octubre, Hamás lanzó un ataque a Israel y, en respuesta, el Ejército israelí mantiene desde entonces una ofensiva calificada de carnicería, desmedida, criminal, contra los civiles palestinos con saldo de más de ocho mil 500 muertos y unos 21 mil 500 heridos.
Las autoridades palestinas insistieron hoy en una intervención urgente de la ONU y de organismos internacionales para detener la agresión israelí contra la Franja de Gaza, que provocó, además, una crisis humanitaria.
El Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados llamó a Naciones Unidas y a otros actores globales a proceder “rápidamente para detener el genocidio cometido contra los civiles palestinos”.
La Cancillería renovó sus críticas contra el Consejo de Seguridad de la ONU, que este mes fracasó en adoptar una resolución para lograr un alto el fuego y permitir la entrada de ayuda humanitaria urgente al territorio.
Condenó en los «términos más enérgicos todas las formas de incitación practicadas por Israel» y sus diversos instrumentos que intentan demonizar al pueblo palestino.
En ese sentido, rechazó los llamados del Gobierno de ese país a la venganza sin límites humanitarios o morales, y sin ningún tipo de disuasión o conciencia.
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