De acuerdo con la fuente, 113 millones de europeos se ven afectados por una exposición a largo plazo al ruido del tráfico de al menos 55 decibelios.
Entre los efectos directos destacan la pérdida de capacidad auditiva y los silbidos en los oídos, y, de los extrauditivos destacan las alteraciones del sueño y enfermedades cardíacas.
También trae consigo dolencias mentales como el estrés, depresión, ansiedad, demencia, complicaciones al nacer, disminución del desarrollo cognitivo y el rendimiento escolar de los niños.
El ruido generado por el transporte podría conducir a la inactividad física a causa de las alteraciones del sueño o a la reticencia a caminar en entornos ruidosos, puntualiza el documento.
Los expertos enfatizaron que el ruido no es una leve molestia, es uno los cuatro factores medioambientales con mayor importancia en salud y bienestar.
Aclaran que no afecta a todos de la misma manera teniendo en cuenta las características de cada individuo, incluida la edad, género, estilo de vida y las condiciones de salud preexistentes.
Los científicos advierten que el ruido puede ocasionar lesiones que difícilmente puedan corregirse en su totalidad, y es el peor enemigo de la pérdida auditiva.
“El ruido provoca un estado de alerta que hace que el cuerpo reaccione, por ejemplo, desencadenando respuestas hormonales o de inflamación», alertaron los especialistas.
Tal problemática no es exclusiva de los seres humanos, sino también que provoca alteraciones en el comportamiento de los perros, lo que puede dar lugar a episodios de agresividad.
El ruido –puntualizó el Observatorio de Salud y Medio Ambiente- enmascara el canto de las aves y, por tanto, dificulta su éxito reproductivo y favorece el declive de estas especies.
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