«Esta narrativa ignora su capacidad de liderazgo, de lucha contra la corrupción, y de poner la paz como una premisa para construir una Colombia potencia mundial de la vida», manifestó esta fuerza política en un comunicado.
Sectores reaccionarios de la oposición y a través de medios de comunicación y redes sociales mantienen una campaña mediática contra el mandatario y sus acciones de gobierno, que incluso lo tildan de adicto e incapaz de asumir el cargo.
Además, del Partido Comunista, otras organizaciones y personalidades del país también rechazan tal postura contra el gobernante, acrecentada en las últimas horas.
En tal sentido, el periodista Antonio Morales subrayó por medio de su perfil en X, antes Twitter, que «la alianza proterva de oligarquía con oposición fanática y medios y periodistas que militan en la infamia pretenden, ni más ni menos, linchar a Petro moral y psíquicamente».
Pretenden, además, «aplicarle una tortura diaria y gota a gota, para aniquilarlo. Por más armas sucias, no lo van a lograr», subrayó.
Aunque, el jefe de Estado colombiano, el primero que representa a las fuerzas de izquierdas y progresistas en Colombia, desde el inicio de su mandato enfrenta calumnias, difamación y críticas sin argumentos, en las últimas horas, una periodista bastante reconocida en el país, lo acusó de ser un adicto.
Tal acusación de la periodista que encontró un amplio rechazo, entre ellas, de la exministra de Salud Carolina Corcho quien recordó a la periodista, ser la médica psiquiatra que ha estado más cerca del presidente en los últimos tiempos.
«He trabajado con él, he interactuando con su entorno cercano, he estado cerca de su ejercicio político desde hace 20 años, y puedo decirte que su conducta no corresponde a un trastorno adictivo. Si hubiera advertido algo de ese tenor, tendría la confianza para decírselo en privado», subrayó.
Recalcó que lo problemático de dicha carta es que induce a una estigmatización, una etiqueta que, dada en un contexto mediático, por fuera de una relación médico paciente, resulta en la generación de daño al jefe de Estado que representa una institucionalidad.
Uno puede estar de acuerdo o no con la forma de gobernar del presidente, los hábitos que orientan su forma de administrar lo público, pero insinuar o atribuir esto a un trastorno mental es un límite que resulta irresponsable, generador de desconfianza e inestabilidad política, enfatizó.
De igual forma, la senadora y destacada mujer de la política colombiana, Clara López, fijó en su cuenta de X un post en el que señala que la carta «no atiende siquiera a los principios básicos del periodismo».
«Afirma algo que escuchó de oídas. Le recuerdo que el enfoque de salud pública para tratar consumos problemáticos, que el presidente no presenta, exige no estigmatizar a quienes los presentan», advirtió.
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