Se trata de un escándalo que costó las renuncias del canciller, el ministro del Interior, su subsecretario, y el principal asesor del presidente Luis Lacalle Pou.
En el fondo del asunto está la entrega en 2021 de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset, cuando el peligroso delincuente estaba preso en Dubái por documentación falsa.
La sesión parlamentaria se desarrolló en medio de acusaciones, gritos e intentos por acallar a la senadora frenteamplista Silvia Nane, encargada de formular y argumentar la solicitud.
Pese a ser interrumpida varias veces por senadores del oficialismo, la legisladora dijo que el Parlamento tiene que dar «señales claras, naifestar que es inadmisible que jerarcas del gobierno oculten información».
Estamos en un escándalo, a la luz de los hechos, y con la renuncia de cuatro jerarcas del gobierno con aspectos reñidos que definen las relaciones democraticas, agregó.
La moción del FA necesitaba los votos de la mayoría simple de la cámara o de dos tercios de los presentes para prosperar.
Del lado progubernamental, la senadora del Partido Nacional, Carmen Aisaín, consideró que “la crisis política» quedó resuelta con la intervencion y decisiones de Lacalle Pou.
«Son suficientes para dar vuelta a la página y seguir adelante», añadió.
La legisladora reconoció que quedan cuestiones por dilucidar, que ahora están en el ámbito de la justicia.
Desde el FA el senador Óscar Andrade lamentó que la oposición impida que el Parlamento se pronuncie y subrayó que los 31 senadores uruguayos fueron engañados durante la interpelación sobre el caso Marset en la que intervinieron los ahora cesantes ministros de Relaciones Exteriores y del Interior, Francisco Bustillo y Luis Alberto Heber, respectivamente.
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