Los registros se llevaron a cabo en distintos inmuebles del país, oficinas de la entidad bancaria y en casas de empleados, con el objetivo recabar pruebas para la investigación de lo sustraído, que asciende a más de tres mil 200 millones de colones (más de seis millones de dólares) de la sede de la institución en San José.
La investigación del caso, bautizado como Gallo tapado, fue abierta por la Fiscalía Anticorrupción el 24 de octubre último, luego de que varios medios de comunicación dieran a conocer el supuesto hecho delictivo.
Al día siguiente, los fiscales a cargo del caso hicieron una inspección ocular en el sitio, y junto con agentes judiciales, trabajaron en la investigación.
A los detenidos se les investiga por diferentes delitos, a un grupo por facilitación de sustracción de dinero e incumplimiento de deberes, a un hombre de apellido Olivas por peculado y hay una causa “contra ignorado” por legitimación de capitales, explicó en conferencia de prensa el director del OIJ Randall Zúñiga.
Este hombre de apellido Olivas sería un tesorero de rango bajo del BNCR que tenía acceso al dinero y es el principal sospechoso de sustraer el monto, poco a poco, durante cuatro años.
Según los indicios, este hombre habría gastado el dinero en la compra de lotería. Olivas, al parecer, sacó el dinero desde el 2019 y hasta la fecha en sobres de manila por puntos ciegos. Son cuatro años y desde esos cuatro años no se hizo un arqueo físico a los dineros que tramitaba esa persona, que era el tesorero y es un hombre de apellido Olivas, cuestionó Zúñiga.
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