Hasta ahora todas las encuestas dan una ventaja al rechazo a esta propuesta de carta magna y la más reciente, de la firma Cadem, refleja una intención de voto de 50 por ciento por el No y 35 por el Sí.
Varios son los puntos que generan críticas de la sociedad, entre ellos el que atenta contra una conquista alcanzada por las mujeres de acceder a la interrupción voluntaria del embarazo en caso de violación, inviabilidad fetal o peligro para la vida de la madre.
Otro tema polémico es el que podría favorecer con la prisión domiciliaria a condenados por graves violaciones de derechos humanos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), conocidos aquí como los reos de Punta Peuco.
El proyecto también rechaza el derecho a huelga y la libertad sindical, institucionaliza a las administradoras privadas de salud y pensiones, aboga por la privatización de la educación y por eliminar la paridad de género en la Cámara de Diputados, por solo mencionar algunos aspectos controversiales.
Su aprobación en el Consejo Constitucional de 50 miembros se logró porque el Partido Republicano, de extrema derecha, y la conservadora alianza Chile Vamos aprovecharon su mayoría absoluta para adoptar un texto hecho a su medida.
Numerosas formaciones políticas de centro izquierda ya anunciaron su voto en contra, entre ellos el Frente Amplio, integrado por Revolución Democrática, Comunes y Convergencia Social; así como el Partido Comunista, el Socialista, el Partido por la Democracia y la Federación Regionalista Verde Social.
A ellos se sumó en las últimas horas el Partido Radical, el cual coincide con la opinión de varias organizaciones de que la propuesta de carta magna es peor que la impuesta en 1980 por la dictadura de Pinochet.
En el lado contrario, el proyecto cuenta con el apoyo de los
partidos conservadores Republicano, Renovación Nacional, Unión Demócrata Independiente y Evópoli; así como Amarillos por Chile.
No obstante, aún dentro de la derecha ya suman nueve los parlamentarios que por distintas razones anunciaron su voto en contra.
Al recibir el texto y convocar al plebiscito del 17 de diciembre, el presidente Boric indicó que ahora se abre el tiempo definitivo de los ciudadanos y ciudadanas porque –dijo- es su voz lo que verdaderamente importa.
Los chilenos y chilenas deberán decidir si es que esta es una propuesta que nos une, afirmó.
El mandatario también abordó los dos escenarios pos plebiscito. “En caso de que sea aprobada, cumpliremos con su correcta implementación e instalación”.
Si es rechazada, nuestro Gobierno se dedicará sin pausa y con mucha energía a seguir trabajando por el bienestar de las personas respondiendo con sentido de urgencia a las demandas, expresó.
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