Estas variaciones se deben a los cambios climatológicos en la cuenca hidrográfica del Canal y afecta no solo las operaciones de la vía acuática, sino también el suministro de agua potable de aproximadamente el 50 por ciento de la población de Panamá, Panamá Oeste y Colón.
Aunque son eventos fuera de nuestro control, es inaceptable el desinterés de las autoridades en la toma de decisiones y acciones puntuales que contribuyan a evitar una crisis mayor, aseveró la Unión.
También advirtió que la Administración del Canal ya presentó al gobierno las medidas que deben tomarse, pero hasta la fecha solo hay inacción de su parte.
Añadió que dejar que, por desidia y falta de voluntad, el principal recurso del país esté inmerso en una situación sin precedentes, es atentar contra su continuidad operativa y rentabilidad, y traerá grandes repercusiones a mediano y largo plazos.
La organización señaló que la industria marítima internacional conoce las medidas de ahorro de agua que serán implementadas para la temporada seca, hasta el mes de febrero, pero se preguntan qué ocurrirá en marzo y abril, teniendo en cuenta que las primeras lluvias fueron pronosticadas para mayo.
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