Así lo reconoció en diálogo con Prensa Latina la directora del Inicc, Domingas Monte, quien mencionó entre ellos retomar eventos culturales y concursos que se realizaban antes de la pandemia de Covid-19, el fomento del gusto por la lectura y fortalecer un sector emergente basado en las tecnologías de la información.
Esta es una institución relativamente nueva, creada en 2019, pero que proviene del antiguo Instituto Nacional del Libro y del Disco, explicó la también escritora.
Mencionó que por esa razón en esta primera fase de trabajo los aspectos más impulsados son la divulgación y promoción del libro y la lectura, que es la antigua matriz del propio instituto, pero también muy impactados por la agudización de la crisis económica y la pausa obligatoria de la Covid-19.
“Tenemos tres premios literarios: uno dedicado a la literatura infantil, Jardín del libro Infantil; el premio Revelación Antonio Jacinto, para los escritores noveles, que nos permite descubrir nuevos talentos; y el premio Consagración Sagrada Esperanza, en el cual participan todos los escritores sin distinción.
“El nombre se debe a uno de los libros de António Agostinho Neto y, por tanto, la Fundación que lleva su nombre es uno de los patrocinadores. En todos los casos las obras vencedoras son publicadas, mas la crisis ha impactado a los patrocinadores y no hemos podido retomarlos”, lamentó.
En tanto, el Inicc continúa con actividades como los eventos de narración oral, las entregas de libros a instituciones escolares y bibliotecas comunitarias; así como en la realización de acciones de promoción de lectura en escuelas y bibliotecas.
En el horizonte está el objetivo de volver a desarrollar la Feria Internacional del Libro, que esperan sea posible para el año próximo, al igual que los premios literarios.
IMPULSAR LA CREATIVIDAD CON VISIÓN ECONÓMICA
Monte comentó que poco a poco encaminan la labor hacia la vertiente de las industrias culturales y creativas, donde el mayor avance lo experimentan en la artesanía, muy fuerte en Angola, y para la cual heredaron un departamento dirigido específicamente a esa rama.
“Tuvimos una feria de artesanía, pero infelizmente la crisis agudizada por la pandemia de la Covid-19 nos ha impedido retomarla”, comentó.
Ese es otro de los propósitos para 2024, precisó.
Sin embargo, uno de los mayores retos del Inicc está en orientar toda la capacidad creativa que exhibe el país en muy diversos sectores, en particular vinculados a las tecnologías de la información y las comunicaciones.
Al respecto, el mapa de las industrias culturales y creativas presentado el pasado mes de septiembre, una iniciativa de la Unesco con los ministerios angoleños de Cultura y Turismo, y de Comercio; resulta un paso de avance en cuanto les permite tener un diagnóstico de lo que está aconteciendo.
“Vamos a continuar trabajando, a partir de esas informaciones, en fortalecer aquello que vemos que es necesario para llevarlas al nivel que queremos”, subrayó la directora.
Significó que una de las preocupaciones es que los autores, los artistas, los creadores, perciban el componente comercial de lo que hacen. “No es su fin último, pero es una variable importante para el sustento del propio artista y sus familias”, remarcó Monte.
“También queremos llevar a la sociedad en general a valorizar el arte y la cultura además como un bien comercial”, agregó.
El mapa fue un diagnóstico que se hizo en todo el país desde el 2016 hasta el 2023, y permitió tener una noción del estado de las industrias culturales y creativas angoleñas. También aportó información un estudio de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), que como parte del Programa Conjunto Unión Europea-Unctad para Angola: Train for Trade II, indagó en este sector.
La investigación mostró que en Angola se desarrollan entre 50 y 60 videojuegos al año, pero pocos están registrados en el Instituto de la Propiedad Intelectual, lo que dificulta la aplicación de los derechos de autor y la lucha contra la cultura de la piratería.
Igualmente salieron a relucir preocupaciones relacionadas con los elevados costes de producción, la escasez de personal calificado, la calidad y asequibilidad del acceso a internet, así como los obstáculos para efectuar y recibir pagos digitales internacionales.
Otros elementos son la ausencia de un marco para definir y medir eficazmente estas industrias, lo que da lugar a datos dispersos e incomparables.
Todos estos son desafíos reconocidos por el Inicc, que actualmente desarrolla acciones de capacitación relacionadas con la propiedad intelectual, y sobre las propias industrias culturales y creativas con especialistas nacionales y extranjeros.
El conocimiento generado por el mapa nos traza una hoja de ruta que vamos ejecutando, dijo Monte.
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