La Junta de Portavoces de las diversas bancadas apuró así, sorpresivamente, el desenlace de la interpelación de la semana pasada, en la que Romero fue cuestionado por casi todas las bancadas, por lo que consideran fracaso de las medidas de seguridad ciudadana.
Los grupos legislativos coincidieron también en hacer expedito el debate previo a la votación de dos mociones de censura, planteadas por las bancadas de izquierda y derecha.
Los motivos se relacionan en ambos casos con la percepción generalizada de que fracasó la estrategia de declarar estados de emergencia focalizados por municipios para hacer frente al desborde de la criminalidad.
En tal sentido, dispusieron que el debate dure solo dos horas, tiempo que se ditribuirán los grupos parlamentarios en forma proporcional al número de sus integrantes, y solo tendrán un minuto cada uno de los no agrupados.
La primera moción fue presentada hace una semana, antes que termine la interperlación a Romero, por las bancadas progresistas y argumenta la “manifiesta incapacidad técnica y falta de idoneidad” y violar la Constitución.
“El tema de la censura no me ha quitado el sueño, con toda honestidad, pero sí me quita el sueño la seguridad del país”, declaró este martes en una de las incontables entrevistas que concede para alegar que debe haber continuidad en la conducción de la seguridad.
Parece incluir en ese empeño los elogios a la reciente captura de cuatro integrantes de un grupo armado, destacando la llamada lucha contra el terroismo, a tono con las bancadas de extrema derecha que tienen una importancia decisiva en el Parlamento.
También ha recibido el respaldo de 35 de los 43 alcaldes de Lima y de los pequeños empresarios del centro de producción textil del barrio popular de Gamarra, que apuestan por la continuidad.
Fuentes parlamentarias y recuentos periodísticos que arrojaban una mayoría congresal favorable a la censura daban casi por segura la misma; pero, tras los esfuerzos del ministro, hoy dicen que nada se puede asegurar.
npg/mrs