El detonante de la decisión del Congreso del Trabajo de Nigeria (NLC) y el Congreso de Sindicatos (TUC) fue la decisión del gobierno del presidente Bola Tinubu de abolir el subsidio a la gasolina, factor determinante en la estabilidad de los precios de los combustibles.
Asimismo, las autoridades argumentan que esa política es imprescindible para la estabilidad financiera del estado, tanto el NCL como el TUC convergieron en demandar la reversión de la retirada del subsidio.
Ambas federaciones sindicales apuntan sus críticas contra el presidente Tinubu al que demandan, además, un aumento del salario mensual a 120 dólares de los 36 vigentes, imprescindible para enfrentar lo que califican de “políticas antipueblo del gobierno”.
Al presente las posibilidades de una pronta solución al paro aparecen lejanas ya que el presidente del TUC, Festus Osifo, afirmó que”la huelga proseguirá hasta que el gobierno a todos los niveles asuma sus responsabilidades”.
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