«El rechazo e indignación expresados por la opinión pública nacional e internacional frente al secuestro del señor Luis Manuel Díaz, y de los secuestrados que aún ustedes tienen en su poder, aunado a sus inaceptables justificaciones para seguir secuestrando, exigen una reunión urgente y extraordinaria entre las jefaturas de las dos delegaciones antes del próximo ciclo», exigió en una carta.
El pasado día 9, tras la liberación de Díaz, la delegación del Gobierno de Colombia exigió que cada persona que esta organización tiene en cautiverio sea liberada inmediatamente en condiciones de seguridad y dignidad.
En un comunicado a la opinión pública, la representación gubernamental afirmó que esa exigencia la hará también en la próxima reunión con la Delegación del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
«Registramos con alegría la liberación de don Luis Manuel Díaz. También, que haya podido regresar sano y salvo al seno de su familia y de su comunidad. Esperamos que recobre pronto su tranquilidad, alterada por un hecho que nunca debió ocurrir», manifestó.
Recalcó que este tipo de crimen ocasiona un grave daño a la confianza de la sociedad colombiana sobre la posibilidad de alcanzar la paz y se convierte en un gran obstáculo para llegar a los acuerdos y a las transformaciones que se puedan pactar a través de un diálogo responsable y libre.
«La práctica sistemática del secuestro es enemiga de la paz, genera odios difícilmente superables contra sus perpetradores, es un delito continuo -ya que se prolonga más allá del acto mismo de la retención-, genera una angustia permanente para el secuestrado y sus seres queridos y un rechazo total por parte de la comunidad nacional e internacional», advirtió el Gobierno.
Destacó que el proceso actual del ELN ha avanzado como ningún otro hasta hoy, no obstante, la delegación del Gobierno considera que el secuestro de Díaz sumió el diálogo en una situación crítica.
Por ello, agregó, «ha llegado el momento de tomar decisiones que eliminen el secuestro, como lo hemos solicitado desde el comienzo de los diálogos».
Dijo que el ELN justifica este método, argumentando que es parte de su financiación, algo que es «insostenible argumentar, desde un punto de vista ético, que comerciar con seres humanos es lícito, aún bajo las condiciones de un conflicto armado».
En tal sentido, considera que cualquier discusión sobre mecanismos de financiación a esta organización armada solo podrá hacerse una vez que se aclaren los términos de su proceso de incorporación política en el escenario del fin del conflicto, tema que también debe ser abordado en la próxima reunión.
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