Los ataques realizados mediante tres drones kamikazes apuntaron contra la base establecida en el campo gasífero de Koniko en el norte de la provincia de Deir Ezor, mientras el segundo tuvo como blanco el enclave de Tanef, en el este del país, cerca de la frontera con Iraq.
La autodenominada Resistencia Islámica en Iraq reivindicó las dos acciones y aseguró que son en respuesta a los crímenes cometidos por el ocupante israelí contra los palestinos en la Franja de Gaza.
Aclaró que los aparatos aéreos impactaron en sus blancos señalados y provocaron bajas y pérdidas materiales.
Washington mantiene una quincena de bases en territorio sirio sin el consentimiento del Gobierno de Damasco, ni la aprobación de las Naciones Unidas.
Los ataques contra esas bases ascendieron a 61 desde el día 17 de octubre pasado y causaron lesiones a al menos 45 militares estadounidenses.
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