En un artículo publicado en el diario Milenio, en apoyo a la candidata presidencial del partido Morena, el exministro reconoció que por décadas México estuvo sumido en un sistema político y económico profundamente injusto.
Lejos de hacer realidad las promesas de igualdad y justicia social de la Constitución, se caracterizó por implantar un régimen de privilegios en favor de una élite dominante, a costa de los derechos y libertades de las personas más vulnerables de nuestro país.
Expresó que en gran medida fueron años marcados por una corrupción bochornosa, simulación, redes clientelares, desigualdad, autoritarismo, discriminación y violencia; en los que el poder -enmascarado bajo una narrativa tecnócrata- se ejerció de forma opaca para el beneficio de unos pocos.
Señaló que, a lo largo de su trayectoria como juez constitucional «siempre tuve la visión de transformar esa realidad, fue lo que guio mis criterios y mi labor como Presidente, pero ahora tengo la convicción de que mis aportes deben hacerse desde un ámbito en el que puedan tener mayor incidencia».
No se trata de cargos, sino de un llamado que no puedo ignorar en conciencia. Hoy creo que tenemos la oportunidad de construir un México justo e igualitario en el que nadie se quede atrás, y todos puedan elegir su destino sin las ataduras del rezago y la discriminación, manifestó.
Profundizar la transformación; consolidar un país con justicia social, igualdad y bienestar. Ese es el proyecto de Claudia Sheinbaum, al que me enorgullece sumarme, afirmó.
Claudia, opinó, encabeza un proyecto que apuesta por quienes menos tienen y más lo necesitan. Que busca ejercer el poder para el pueblo, y no en beneficio propio o de las élites dominantes. Que propone transformar el desarrollo en bienestar, y la prosperidad en justicia.
Que entiende la urgencia de derribar los arreglos, dinámicas y estructuras históricas que mantienen en desventaja millones de personas en nuestro país simplemente por ser quienes son, añadió.
Claudia nos propone un país que rompe con el pasado de corrupción y privilegios. Encabeza un proyecto humanista en el que creo, cuyos ideales comparto. Un México sin discriminación, clasismo, ni racismo, indicó entre otras muchas razones.
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