Es preciso llegar a acuerdos “lo antes posible”, señaló este lunes la presidenta del BCE, Christine Lagarde, al abordar el tema ante los integrantes de la Comisión de Asuntos Económicos de la eurocámara.
“Nos ayudaría a eliminar incertidumbre y la vaguedad de los parámetros con los que los Estados miembros deciden actualmente sus presupuestos”, argumentó la funcionaria.
Antes de finalizar el año deberían definirse las regulaciones, pues las reglas fiscales volverán a regir a partir del 1 de enero de 2024, ya sea en su nuevo formato o en el anterior de no llegarse a consensos sobre las posibles modificaciones.
Todas las partes involucradas deben “trabajar duro” para lograr el pacto, basado en un entendimiento común sobre lo que se persigue y espera en términos de competitividad, inversiones y finanzas públicas, recomendó Lagarde.
Según opinó, el nuevo marco debería conducir a mediano plazo a un ajuste sostenido de la deuda, con un sistema de sanciones aplicables más simple de entender e implementar.
“Esperemos que sea el caso, pero soy escéptica sobre el aspecto de la simplicidad en lo que se está negociando”, juzgó la representante del BCE.
La falta de acuerdo en las reglas fiscales es otra incertidumbre más que amenaza la estabilidad financiera de la zona euro, en especial tras una histórica subida de tipos del cero al 4,5 por ciento, cuyo “impacto completo” todavía no se ha sentido en la economía real, sopesó el BCE en un reciente informe.
Si la economía sigue desacelerándose, los ingresos de los hogares, las empresas y las administraciones acabarán resintiéndose y añadiendo más presión al panorama financiero, reconoció la entidad.
Las débiles perspectivas económicas, junto con las consecuencias de la elevada inflación, están tensionando la capacidad de los ciudadanos, las firmas y los gobiernos para devolver su deuda, coincidieron directos del BCE.
Al decir del organismo, la inestabilidad también podría llegar al sistema financiero, aunque todavía la calidad de los activos de los bancos de la zona euro sigue siendo sólida.
No obstante, las tasas de impago y los atrasos de pagos están señalando “signos incipientes de estrés”, apuntó el documento del BCE.
ro/mjm