La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida reconocieron el papel fundamental que desempeñan los conglomerados en su compromiso y liderazgo para acelerar la respuesta al VIH, virus que genera el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (sida).
El director de la OPS, Jarbas Barbosa, llamó a que sean esos asentamientos poblacionales los que lideren la lucha contra esa enfermedad para eliminarla en la región de las Américas.
También resaltó la función de las organizaciones dirigidas por las poblaciones más desproporcionadamente golpeadas por el VIH en respuesta a esta epidemia de cuatro décadas.
Estamos en la última milla para llegar a la meta de poner fin al sida como un desafío de salud pública, y este trecho por recorrer sólo es posible empoderando a las comunidades más afectadas y que se están quedando atrás, aseveró la directora regional de Onusida para América Latina y el Caribe, Luisa Cabal.
Su liderazgo es esencial en todos los planes y programas contra el VIH y para ello deben contar con financiamiento y normas protectoras para su funcionamiento, precisó.
Con el fin de apoyar la expansión de los servicios de VIH a las poblaciones y portadores de ese virus, ambas agencias llevan adelante la iniciativa Soy Clave en 11 países latinoamericanos y caribeños, con alianzas que apoyan respuestas aceleradas para impulsar modelos de servicios centrados en las personas.
Entre las estrategias para llegar a quienes más lo necesitan están los servicios de información, autopruebas de VIH, antirretrovirales como método de prevención y el tratamiento para lograr una carga viral indetectable y cortar la cadena de transmisión.
Además, las acciones emprendidas desde la comunidad aumentan la aceptación y retención en la atención de hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, quienes ejercen el trabajo sexual, transexuales y consumidores de drogas, poblaciones consideradas clave en la respuesta al VIH y entre quienes se reportan la mayor cantidad de nuevas infecciones.
En América Latina y el Caribe alrededor de 2,5 millones de personas viven con VIH. En 2022, unos 130 mil individuos adquirieron el virus y 33 mil perdieron la vida por causas relacionadas con el sida.
Actualmente los avances en medicina y salud pública permiten tener un diagnóstico rápido, métodos para una prevención combinada y un tratamiento eficaz contra el virus.
Por ejemplo, una persona infectada que es tratada ya no transmite el virus, mientras que una sana que toma antirretrovirales como prevención tiene un 99 por ciento de protección frente al VIH.
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