El gigante sudamericano hará el papel de observador en la OPEP+ con la misión de convencer a los países productores del carburante que se preparen para el fin de los combustibles fósiles, señaló Lula.
Precisó que «prepararse significa aprovechar el dinero que ellos lucran para hacer inversiones, para que los continentes como el africano y América Latina puedan producir los combustibles renovables que ellos necesitan, sobre todo el hidrógeno verde».
Si uno no crea alternativa, uno no va a poder decir que va a acabar con los combustibles fósiles, indicó.
La OPEP+ es un grupo que reúne a 10 países productores de petróleo, además de los 13 miembros regulares del cartel de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y aliados, como Rusia, México y Malasia, que no tienen derecho a voto.
Al mismo tiempo que se alinea a los productores de hidrocarburo, Lula critica la dependencia de combustibles fósiles.
En su discurso en la COP28 el viernes, el mandatario brasileño afirmó que es necesario reducir la dependencia de los combustibles fósiles y acelerar el ritmo de descarbonización de la economía.
Tal alocución tuvo lugar justo un día después de que Brasil anunciara su adhesión a la OPEP+.
Además, Lula criticó en su disertación el incumplimiento de acuerdos climáticos y el gasto en guerras, además de cobrar nuevamente ayuda financiera de los países ricos.
«El mundo ya está convencido del potencial de las energías renovables y es hora de enfrentar el debate sobre el ritmo lento de la descarbonización del planeta y trabajar por una economía menos dependiente de combustibles fósiles», refirió.
Denunció asimismo que el planeta está harto de acuerdos climáticos no cumplidos. «De metas de reducción de emisiones de carbono descuidadas. De la ayuda financiera a países pobres que no basta», apuntó.
Calificó de inexplicable que la ONU, a pesar de sus esfuerzos, «se muestre incapaz de mantener la paz, simplemente porque algunos de sus miembros se benefician de la guerra», aseguró.
Opinó que los gobernantes no pueden ser eximidos de sus responsabilidades y ningún país resolverá sus problemas solo.
«Estamos todos obligados a actuar juntos, más allá de nuestras fronteras. Brasil está dispuesto a liderar por el ejemplo. Ajustamos nuestras metas que son hoy más ambiciosas que la de muchos países desarrollados», apuntó.
Lula se dirigió a unos 160 jefes de Estado y Gobierno reunidos en la conferencia que concluye este sábado.
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