La Fundación Fernando Ortiz, señala el comunicado, está dedicada a la divulgación de la vida y obra del sabio cubano, y al desarrollo de investigaciones científicas sobre la identidad cultural del país caribeño.
Rueda Smithers es un investigador mexicano del INAH que lleva laborando en esa institución casi cinco décadas.
En su anuncio, la institución cultural cubana destacó que la concesión de su máximo galardón al maestro Salvador Rueda atiende a «los altos valores de su obra científica, su condición de promotor cultural y su ingente labor como director del Museo Nacional de Historia, de México».
Rueda Smithers recordó que la Fundación Fernando Ortiz se instauró en 1995, a iniciativa del poeta, narrador y etnólogo Miguel Barnet Lanza.
Lo hizo en reconocimiento a la labor de su mentor, el abogado, antropólogo, historiador y diplomático Fernando Ortiz Fernández (1881-1969), en el estudio de las raíces histórico-culturales afrocubanas y la profundización de los procesos de transculturación y formación histórica de la nacionalidad cubana.
Me gusta el lema de esta fundación: “Ciencia, conciencia y paciencia”, porque este juego de palabras conlleva un principio de vida; y la idea fundamental de la institución es conservar un patrimonio, primero, el de don Fernando Ortiz y, segundo, el del pensamiento cubano contemporáneo y la cultura popular caribeña y latinoamericana, expresó.
Es decir, busca el dibujo de perfiles con raíces africanas, indígenas y mestizas, a partir de elementos identitarios, no para homogeneizarlos, sino para armar el rompecabezas antropológico que esto significa.
El también director del Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, hizo hincapié en el legado del presidente de la Fundación Fernando Ortiz, Miguel Barnet, a quien se rindió homenaje en la 34 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia, del INAH.
Fue con la reedición de un clásico de la antropología: Biografía de un cimarrón (1966), su novela testimonio, la cual marcó a la generación de científicos sociales surgida en la década de 1970.
«En los años 80, tuve la fortuna de coordinar, desde la Dirección de Estudios Históricos del INAH, un proyecto de historia oral, y Biografía de un cimarrón fue, de nuevo, básico para emprender el rescate y después la construcción de historias de vida», expone el galardonado.
Salvador Rueda Smithers es licenciado en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, y maestro en Historia del Arte por la Universidad Iberoamericana.
Desde 2005, es titular del Museo Nacional de Historia, el cual también encabezó en el periodo 1990-1992.
Ha sido profesor de Arte Prehispánico, Revolución Mexicana e Historia Mundial en las citadas casas de estudios, así como en la Escuela Nacional de Antropología e Historia.
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