De acuerdo con esa valoración de las perspectivas de la economía italiana para el presente año y el próximo, el alza del PIB estaría respaldada principalmente por la contribución de la demanda interna neta de inventarios, que se elevará 0,8 puntos porcentuales en 2023 y un 0,7 por ciento en 2024.
Dicho incremento se producirá, frente a una contribución marginal neta de la demanda externa negativa en 2023, del 0,1 por ciento y de cero puntos porcentuales en el próximo año, mientras se calcula que la contribución de los inventarios sea de cero puntos en ambos períodos, precisa ese reporte.
Por otra parte, la demanda interna estará impulsada principalmente por el consumo privado, que se elevará 1,4 por ciento en 2023 y 1,0 puntos porcentuales en 2024, un ascenso respaldado por la desaceleración de la inflación, una recuperación gradual de los salarios y el crecimiento del empleo.
Se espera además que las inversiones se desaceleren significativamente y lleguen a un 0,6 por ciento en ambos años, así como que se reduzca la inflación, como consecuencia de la caída de los precios de los bienes energéticos, y por las consecuencias de las políticas monetarias restrictivas implementadas por el Banco Central Europeo.
El empleo, medido en términos de unidades de trabajo (UTA), aumentará en línea con el del PIB, un 0,6 por ciento en 2023 y 0,8 puntos porcentuales en el próximo año.
Ese incremento en la ocupación laboral irá acompañado de una disminución de la tasa de desempleo del 7,6 por ciento en este año y de 7,5 puntos porcentuales en 2024, agrega la fuente.
mem/ort