Al intervenir en el debate de alto nivel convocado por Ecuador en el Consejo de Seguridad, el titular llamó a fortalecer la cooperación, el estado de derecho y la prevención, así como a fomentar la inclusión, como líneas de acción clave para enfrentar ese flagelo.
Las actividades del crimen organizado transnacional adoptan muchas formas, pero las ramificaciones son las mismas: gobernanza debilitada, corrupción y anarquía, violencia abierta, muerte y destrucción, aseguró el alto representante.
Los flujos financieros ilícitos no son cifras abstractas, dijo, suman miles de millones de oportunidades de desarrollo desaprovechadas, pérdida de medios de vida y empeoramiento de la pobreza.
De acuerdo con cifras de la ONU, el continente africano pierde más dinero debido a la evasión fiscal, el lavado de dinero y los flujos financieros ilícitos del que sus ingresos a través de la asistencia oficial para el desarrollo.
El titular de la ONU recordó el impacto de la delincuencia como catalizador de los conflictos y el impacto de estos para el aumento de los crímenes.
Desde Afganistán hasta Colombia, la producción y el tráfico de drogas ilícitas alimentaron conflictos brutales y duraderos, recordó Guterres.
Haití está atrapado en un círculo vicioso de colapso del Estado, escalada de violencia de pandillas y un creciente comercio ilícito de armas de fuego introducidas de contrabando en el país, advirtió además.
El secretario general llamó a permanecer alertas ante la naturaleza constantemente cambiante del crimen organizado y repensar los enfoques de trabajo.
«Nuestros esfuerzos deben ser coherentes, coordinados, específicos para cada contexto y centrados en la prevención», dijo.
En ese sentido, reconoció el papel esencial del Consejo de Seguridad y la necesidad de unir fuerzas para enfrentar a ese flagelo.
«Juntos, comprometámonos a crear un mundo más pacífico y estable en el que el crimen organizado no tenga cabida», concluyó.
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